La refrescante fuente -fotografía propia- |
Ciutat Universitaria
Entre uno de los tramos ajardinados de la larguísima avenida de Blasco Ibáñez, concurrida por un sinfín de vehículos, de gente ajetreada y de universitarios. Se encuentra una pequeña fuente que oculta entre unos pinos hace las delicias al caminante que la encuentra, refrescando su visión.
La aureola de la fuente en reflejos verdes naranjados |
detalle del surtidor. |
Se trata
de la Fuente del Nimbo. Un nombre
ideal para una fuente ornamental sin nombre, porque ese ninfeo tiene una
especial aureola, que solo a los ojos de los más expertos pueden observar su
esplendor cuando al atardecer los rayos del sol se cuelan entre las hojas
produciendo ese efecto de brillos sobre la pequeña y cuadrada alberca,
destilando miles de raudales de luces naranjas que junto el verde hacen llamar
la atención del caminante que la descubre, maravillado en donde reside tanta belleza en una fuente tan simple como una taza de hormigón, sobre la cual se levanta un trípode que
recuerda a formas neoclásicas un gran plato de donde un pequeño surtidor del color del naranja cobre con el verdín del tiempo hace
surgir como arte de mágica fresco cristal líquido que atesoran las palomas para
refrescarse y poder alzar el vuelo en el atardecer.
Palomas refrescándose |
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