martes, 25 de julio de 2017

La Gran Mezquita de Balansiya (Balansiya#2)

Visión del patio de la Gran Mezquita de Balansiya
Recreación por photoshop de Isabel Balensiya.

Callejero en estos días de tanto calor es tiempo de relajarse de entregarse a las siestas estivales y te invito a evocar como en un sueño, un pasado de esplendor de nuestra ciudad, la época en la ciudad de Valencia estaba teñida del verde del Islam y en su corazón se alzaba la Gran Mezquita.

La mezquita es el edificio en el que los musulmanes adoran a Alá. El nombre “Mezquita” proviene del árabe Masyid, que es una palabra con varios significados, aunque el más literal significa “lugar de postración” y deriva de la raíz sayada “postrarse”.

Los ingleses del siglo XIV la llamaron mosque, adoptando la palabra francesa mosqueé que a su vez deriva de la variante italiana moscheta. Los italianos la tomaron directamente del vocablo árabe. Así pues, tanto de moscheta como de mosque, con el tiempo, derivo al nombre español de mezquita.

A lo largo de la historia islámica, la mezquita fue el centro de la comunidad y las ciudades se formaban alrededor de este edificio central. Existían mezquitas de todas las formas, variando por la región donde estaban ubicadas o la cantidad de población.

Tiene su origen arquitectónico en la casa del propio Profeta Mahoma. Su estilo fue evolucionando con el tiempo y manteniendo su estructura la cual se diferencian dos zonas: el patio y la sala hipóstila o de columnas. 


Esquema de las partes de la mezquita.

La zona del patio (Shan) es la antesala al interior, en ella encontramos dos elementos: el minarete o alminar, donde el muecín llama a la oración todos los viernes. El otro es la fuente de las abluciones (Tahara) donde el creyente se lava y purifica antes de entrar a orar.


Musulmán utilizando la fuente de abluciones.

El interior es una sala de columnas (Liwan) caracterizada por no tener espacios definidos, pues los musulmanes pueden orar en cualquier zona siempre que ellos estén orientados hacia La Meca, excepto en los lugares impuros como los baños o cementerios.

Liwan de la antigua Mezquita de Córdoba.
La pared interior más importante de la Mezquita es el muro de la quiblah, que está orientado hacia La Meca. En este muro siempre hay un nicho llamado mihrab que es el lugar más significativo de toda la mezquita, donde ahí reside la presencia del Profeta representado por una lámpara como la luz de Alá y arena del desierto, ya que para los musulmanes está prohibido por el Corán la representación de la figura humana. Por esto el mihrab es el espacio más decorado y con más poder religioso.

Otra zona importante del interior, lo encontramos en el minbar (pulpito) donde el iman dirige la oración. En las grandes mezquitas se puede encontrar la maqsura un espacio delimitado por una celosía y separado del resto de la mezquita, siendo el lugar reservado para la familia real.

Todas las paredes están decoradas con versículos del Corán, con caligrafía árabe o intrincados diseños geométricos hechos de piedra, mosaicos o yeso. Se conocen con el nombre de arabescos, predominando los círculos y las estrellas.

Ejemplo de yesería árabe, donde se aprecia caligrafía,
 y arabescos de estrellas y geometrías.

La sala de oración está cubierta por un techo plano sostenido por columnas o por un sistema de vigas horizontales soportadas por arquitrabes. También, hay algunos casos en que el techo está cubierto por una cúpula grande sobre pechinas.

La cúpula de la Gran Mezquita de Estambul, con un diámetro de 31,87 metros.
Se apoya sobre cuatro pechinas reforzadas por 40 nervaduras en las que se abren ventanas, dando la sensación de que la cúpula está suspendida 'del cielo por una cadena de oro',


En el principio, las mezquitas eran estructuras sencillas con pisos de tierra y ahora están cubiertos con alfombras. Cuando una persona entra en una mezquita se aleja del ajetreo y del bullicio del mundo material y se retira a un refugio de calma. Cuando la frente de un musulmán toca el suelo, se dice que está más cerca que nunca de Dios. La oración establece siempre una conexión entre el creyente con su Señor y postrarse es la completa sumisión. 

El hombre musulmán debe realizar sus cinco rezos diarios, a ser posible en la mezquita. En cambio la mujer musulmana aunque esté bien visto que rece en casa, también puede hacerlo en la mezquita, para ello hay una zona separada con su propia entrada. 



Oración en el Cairo de Jean Leon Gerome.
                                                            
Volviendo a la época pasada, en todas las ciudades importantes había varias mezquitas: La mayor y las de barrio, semejante a la versión cristiana de la catedral y sus parroquias. En la antigua Valencia se levantó la Mezquita Mayor sobre los cimientos de la catedral visigótica.
De esta primera mezquita poco se sabe, solo hay constancia que en el siglo XI el Cid la convirtió en catedral para el obispo Jerónimo cuando tomó Valencia, y según se cuenta, el difunto Cid estuvo sentado en un trono en el altar, hasta que los cristianos tuvieron que abandonar la ciudad en 1103, por la reconquista musulmana, y al instaurase el culto al islam se construyó  la Gran Mezquita de Balansiya.

Mihrab de la Mezquita de Córdoba
Está documentado que el mihrab se terminó de construir en 1104 financiado por el Cadí de Balansiya, Said Al- Waydi y cuyo nombre permaneció escrito al lado del mihrab hasta la reconquista de 1238.
También, Said Al- Waydi rehabilitó lo que quedaba de la antigua mezquita que había sido reconvertida en iglesia en tiempos del Campeador.


De la Mezquita Mayor apenas quedan restos, las basas de mármol rosa de la portada románica de la Catedral, pero tan solo es la palabra de algunos, pues no hay documentación fiable al respecto. En 1946, durante las obras de reconstrucción del Palacio Arzobispal, se encontró en la cimentación restos de cerámica árabe y yeserías, posiblemente pertenecientes a la Misquitam Majorem de Balansiya. A su alrededor, se alzaron otras mezquitas de las cuales se tiene testimonio por Ibn Al-Abbar y también, en el Llibre del Repartiment, por las iglesias de reconquista que se erigieron en la ciudad junto a la nueva Catedral, después de aquel octubre de 1238:

-         Rahbat al-Qadi ( Santa Catalina )
-         Al-Galaba (San Esteban)
-         Báb al Qantara (San Lorenzo)
-         Ibn Aysuri (San Bartolomé)
-         Az- Zuqaq (San Salvador)
-         Bab Báytala (San Martín)

También, existieron mezquitas en los terrenos que ocupan las iglesias de S. Nicolás, Sto. Tomás, S. Juan de la Cruz (antiguamente conocida como S. Andrés) Solamente quedó una mezquita en la actual plaza del Tossal, llamada popularmente como la de La Moreria, dando servicio religioso a los musulmanes que permanecieron en la ciudad gobernada por Jaime I. Esta mezquita se mantuvo en servicio hasta 1521 cuando fue asaltada, purificada y consagrada a San Miguel y San Dionisio, siendo este el fin de la última mezquita de Balansiya.

La actual Gran Mezquita de Valencia 

Interior de la mezquita valenciana.
Hoy en día, especialmente en los países islámicos las mezquitas se pueden encontrar en todos los barrios, facilitando el culto a Alá. En cambio en occidente las mezquitas son parte integral de algunos centros islámicos que contiene instalaciones para la enseñanza y el servicio comunitario como es el caso de la Gran Mezquita de Valencia que desde 1994 ofrece servicio a la comunidad islámica de Valencia. Con una gran sala de oración, una escuela Xativí con cursos de idiomas, una biblioteca  que alberga volúmenes científicos, literarios islámicos, y una sala de debates y conferencias. Un lugar creado para el rezo y difundir la cultura y la paz.      

Ubicación en el mapa de la Mezquita de Valencia. 

lunes, 17 de julio de 2017

BALANSIYA, la perla del Al-Ándalus (Balansiya#1)



Amigos ¿Qué tiene el desierto
que se ha impregnado de perfume?
¿Qué tienen las cabezas de los jinetes
que caen desfallecidas como ebrias?
¿se ha desmenuzado el almizcle
en el camino del céfiro
o alguien ha pronunciado el nombre de Balansiya?

Amigos, deteneos conmigo
pues hablar de ella trae la frescura del agua
a las entrañas ardientes.
Deteneos de grado y calmad vuestra sed
pues es seguro que vendrá la lluvia (…)


No hay otra tierra como esta, llena de almizcle (…)
Dicen: El Paraíso nos describes
¿y cómo podría ser el Paraíso 
en otro mundo? – les contesto:

Balansiya es esa esmeralda
por donde corre un río de perlas
Es una novia cuya belleza
Dios ha creado para darle luego
la juventud eterna.

En Balansiya es constante el fulgor de la mañana
pues el sol juega con el mar y la Albufera
Aunque la mano de la separación
haya extendido entre nosotros 
distancias que el viajero tarda un mes en recorrer
Balansiya sigue siendo la perla blanca que me alumbra 
por donde quiera que vaya.



Con estos versos, Ar Russafí describía la majestuosa ciudad de Valencia, cuando el verde del islam teñía sus calles, versos que hacían honor a la ciudad bella cual sultana, de nombre Balansiya.

Se conoce muy poco sobre la Valencia musulmana, cuando la ciudad visigoda de Valentia, al igual que otras más de España, pasó a ser parte de Al- Ándalus entre los años 711 y 716,  y  se la renombró como Madinat al- Turab que significaba “ciudad del polvo” por el estado de abandono en que se encontraba en esos primeros siglos convulsos entre paleocristianos y musulmanes.  

Según la documentación del emirato de Córdoba que se tiene, se sabe que Abd- Allah al Balansat, hijo de Abd-Al-Rahman I, primer emir de Córdoba, ejerció cierto nivel de gobernación sobre tierras valencianas, hasta el punto de construir un palacio de gran lujo: Russafa, que significa “jardín”, dando origen al nombre del actual barrio de Ruzafa.

Poco a poco, en la antigua ciudad de Valentia se comenzó a hablar de forma diferente al latín y sus habitantes tomaron otras costumbres, convirtiéndose en monoteístas.

La inesperada caída del poder califal, tras la deposición de Hisam II, permitió que Balansiya pasara de una humilde sede gubernativa a convertirse en la capital de un emirato autónomo, estableciéndose la Taifa de Balansiya el 10 de febrero de 1009. Siendo los afortunados de adueñarse del poder de la ciudad, dos esclavos libertos vinculados al servicio de la familia de Almanzor y encargados de la administración de las acequias, estos acequieros ahora gobernadores de la recién nacida Balansiya, eran Murabak y Mudaffar, que ejercieron la autoridad conjuntamente hasta 1017/1018, llegando hasta a acuñar moneda propia con su nombre. 

Nuestra ciudad fue creciendo en tiempos del rey Abd al Azir al Mansur, quien mandó construir las murallas del siglo XI, las más hermosas y fuertes de todo el Al-Ándalus.

En 1065 Fernando I de León sitió la ciudad de Balansiya, en la llamada Batalla de Paterna. A finales del siglo XI y aprovechando la inestabilidad política de aquel entonces, el Cid conquistó la ciudad el 15 de junio de 1094, la cual estuvo en manos cristianas hasta 1103 cuando ni doña Jimena ni los hombres del difunto Campeador pudieron aguantar el ataque, y tuvieron que rendirse abandonando la ciudad. A su marcha los almorávides ocuparon la ciudad, y volvieron a restaurar el culto musulmán.

Los almorávides empezaron a perder el poder ante los poderosos almohades, que para entonces controlaban ya parte de la Península. Balansiya resistió el sitio, por Ibn Mardanis, el Rey Lobo, monarca de Balansiya y Mursya, pero finalmente la ciudad cayó sometida al dominio almohade en el año 1171. Así, Balansiya estuvo cubierta por el estandarte de esta dinastía, hasta  que en 1238 volvió a ser cristiana con la reconquista de  Jaime I, de la cual ya te relatare más adelante…

¿Pero, que tenía la ciudad de Balansiya para que fuera denominada la Perla de Al Andalus y se le compusieran bellos poemas en su honor?

                                                                                                  [CONTINUARÁ...]