domingo, 1 de agosto de 2021

LUGHNASADH: del Señor de la luz a los Cristos de Agosto.( La Valencia pagana #8)

 

Las espigas de trigo ya están doradas. 

POBLADOS DEL NORTE
Carpesa

En estos días en que el sol irradia con fuerza sus rayos, la Rueda del Año ha girado por penúltima vez, marcando una fiesta en el calendario pagano. Esta fiesta es llamada Lughnasad en honor al dios celta Lugh, el cual cuenta la tradición inventó esta fiesta en tiempos inmemoriales en honor a su madre Tailtiu, una diosa que murió de agotamiento tras limpiar, fertilizar y plantar cereales creando así los campos para la agricultura.

El dios protector y guerrero Lugh

Así pues, bajo los abrasadores rayos del sol de agosto se celebraba Lughnasad. Momento en que se recolectaban las primeras cosechas y se guardaban las semillas para el futuro. Ya que lo que se recogía este día iba a ser el sustento de todo el invierno para las familias agrícolas, no solo los frutos, sino también el hecho de poder comerciar con el trigo en las ferias y mercados para vender los granos o poder molerlos y hacer pan, ganando dinero para comprar todo aquello que no podían sacar de sus campos.

Las gentes del campo, nuestros antepasados paganos, esperaban con ansias la llegada de esta celebración que se hacía entre la luna llena mas centrada entre el Solsticio de Verano y el equinoccio de Otoño. Pero sufrió modificación de fecha debido al calendario romano y posteriormente al gregoriano quedando fija en un concreto el 1 de agosto. A partir de este día el sol va perdiendo poco a poco sus fuerzas los días se irán haciendo mas cortos y las noches más largas y poco a poco la oscuridad ganará la batalla.

Por eso se encendían velas para ayudar al sol y se vestían de color amarillo, blanco y violeta, color de la lavanda que también estaba en plenitud, igual que el trigo, para poder segarla.

El trigo, el centeno, la avena, el arroz entre otros cereales ya dorados se mecían con la brisa en los campos a la espera de ser regados. Algunos árboles ya tenían frutas maduras para cosecharlas y la mayoría de plantas medicinales estaban en su mejor momento para ser cortadas y secarlas con el calor.

Diferentes tipos de grano

De los cereales obtenidos, como agradecimiento se enterraba el primer puñado para devolverlo a la tierra como muestra de respeto a los dioses y espíritus de locales. Una parte se destinaba para utilizarlos de semillas para el siguiente cultivo y otra se vendía o se molía para tener harina y amasar panes.

El festejo tenía un doble propósito: celebrar los esfuerzos realizados para labrar la tierra y cultivarla para obtener el grano y agradecer a los dioses la protección del cultivo y la próxima fertilidad de la futura cosecha. Estos pueblos eran de mentalidad animista, pensaban que todo en la naturaleza tenía un alma o espíritu: los árboles, las montañas, las rocas y como no la cosecha. Por eso cuando segaban la cosecha, solían hacer una serie de muñecas con espigas, hojas de panocha o de tela rellenas de grano, para que el espíritu de la cosecha se albergara dentro de ellas y pudieran vivir hasta que volviera a nacer otra vez el grano en primavera. Así tenía que cuidarlas en las casas durante todo el invierno y a cambio sus cosechas serían fértiles. 

Muñecas de la cosecha con hojas secas de panochas

Mi muñeca de la cosecha
Fotografía I. Balensiya

( click aquí y te enseñaré cómo hacer tu muñeca de la cosecha)

En los primeros siglos de la época medieval, con el protocristianismo la fiesta seria conocida en algunos pueblos europeos como Lammas, misa de la hogaza, pues con los primeros granos horneaban hogazas de pan que eran ofrendas en los altares para agradecer la abundancia de la tierra y dar gracias a Dios.

La iglesia se encargó, como siempre, de hacer desaparecer el culto pagano de Luhg, el dios de la luz y del fuego, inteligente y talentoso. Guerrero que protegía al pueblo, como su salvador. Colocando en su lugar diversos santos. En el caso de España encontramos tres sustitutos a este dios pagano para cubrir las necesidades de la fiesta: Lugh cuyo símbolo era el león – casualidad de finales de julio a la primera mitad de agosto el zodiaco sea representado por Leo – fue sustituido por otra deidad solar por así decirlo, Cristo. Luz del mundo, el llamado León de Juda, cuyo cuerpo se transformo en pan. Si buscamos en el calendario de fiesta patronales encontramos que existen diversas festividades en agosto a los Cristos. La primera de ella muy cercana de nosotros. El Cristo de El Palmar en la Albufera, rodeada de arrozales con el grano a punto de ser cosechado. A este Cristo se le pasea en barca por el lago para bendecir las aguas para asegurar todo el año de buena pesca y cosechas.

El Cristo durante su paseo por la Albufera

Pero no solo en la ciudad de Valencia, también en diversas poblaciones valencianas encontramos Cristos dedicados a varias advocaciones:

-        Cristo del Amparo: Ador, Font d´en Carràs.

-        Cristo de la Fe: Alcasser, Mislata y Paterna.

-        Cristo de los Necesitados: Aldaia.

-        Cristo de la Providencia: Almassera y Rocafort.

-        Cristo de la Agonía: Antella y Xeraco.

-        Cristo de la Salud: Beneixida, Quesa y Palma de Gandía.

-        Cristo de los Afligidos: Font de la Figuera y Siete Aguas.

-        Cristo del Consuelo: Fortaleny y Rafelquaraf.

-        Cristo de la Peña: Guadassuar.

-        Cristo de las Mercedes: Marines.

-        Cristo de la Sangre:Polinya del Xuquer.

-        El Santísimo Cristo: Novelé, Silla, Catarroja.

En cuanto a la faceta del dios Lugh como guerrero protector del pueblo y los caballos fue sustituido por Santiago Apostol montado en su caballo blanco y defendiendo al Reino aunque celebrando el 25 de julio, pero dentro del periodo de la fiesta, pues realmente se celebraba con la luna llena a finales de Julio y principios de agosto como hemos comentado.

El santo patrono de España

Por último, tenemos a San Cayetano, una fiesta que se celebra el 7 de agosto y es considerado el patrón del pan y del trabajo. Coincidiendo con esta fiesta de origen pagano en la que aquellos pueblos siempre trabajaban porque la vagancia estaba mal vista, era algo fue deshonroso como luchar sin valor o desertar del campo de batalla, Además el pan es el centro de la fiesta de la cosecha, pues sin el grano no se obtendría este elemento que tanta importancia ha tenido y tiene, en la cuna del Mediterráneo donde nosotros vivimos.

El patrón del pan y el trabajo 

Callejero, aunque han pasado tantos siglos ya, hoy en día es posible celebrar Lughnasad / Lammas, la fiesta de la cosecha, porque, aunque no cultivemos campos nuestras cosechas en la actualidad son los logros personales o en el trabajo y siempre tenemos que agradecer a Dios – o a los dioses – por ello.

Por eso os traigo un pequeño ritual que puedes hacer sea cual sean tus creencias. Para empezar, siéntate en una silla cómoda y relájate. Respira hondo unas cuantas veces, ponte alguna melodía agradable y prende incienso si es de tu agrado.

Toma un folio en blanco y piensa en el mes de febrero, cuando las semillas comenzaban a despertar bajo tierra, piensa como fue ese mes, en que ha cambiado tu situación, que has aprendido, como has avanzado. Cuales han sido tus logros y lo que has trabajado estos meses. Porque siempre nos fijamos más en lo que no tenemos que en lo que hemos conseguido, pero también debemos ser consciente de lo bueno que tenemos y si nuestro trabajo da frutos. Apuntalo todo esto en el papel como una siempre lista. A continuación, añade lo que quieres conseguir en lo que resta del año, lo que te haría ilusión tener. Cuando acabas tendrás lista tu cosecha.

Así debe quedar el ritual.
Fotografía: I. Balensiya

Mientras pliegas el papel piensa positivamente en lo que has logrado, una vez acabado, coge un cirio o vela rosa entre tus manos y retrasmítele todo tu agradecimiento, pues el rosa representa la fertilidad y la abundancia. Da gracias por tu casa, tu trabajo, tu coche… Ponla junto a la lista y deja que se consuma la cera por completo junto alguna ofrenda: unos granos de avena, arroz, espigas, frutos rojos, un trozo de pan, algo que representa la cosecha.

Cuando la cera esté fría, debes enterrarla junto a la lista y las ofrendas en el jardín de tu casa o en las macetas donde cultivas tus plantas. Así con amor devuelves nuestro agradecimiento a la tierra.

Devolviendo los restos del ritual a la tierra.
Fotografía: I. Balensiya

Otra opción para celebrarlo es salir al campo – o a la Albufera – al contacto con la Naturaleza y recoger semillas o frutos silvestres como arándanos, moras, fresas, frambuesas… Siempre con respeto a la planta y no destrozarla.

Ejemplar de zarzamora.
Fotografía: I. Balensiya

Por último, si os gusta mancharos las manos, no hay nada mejor que amasar y hornear vuestro propio pan o galletas de cereales o frutos rojos.

Para hacer las siguientes galletas es muy sencillo: coged galletas María las introducís dentro de una bolsa y con el rodillo o una botella de vino las moréis hasta hacer un polvo muy fino, lo volcáis a un recipiente  y añadís leche hasta conseguir un masa como plastilina. Con los dedos o con una cuchara hacéis bolitas en una bandeja de horno. Decoráis con un arándano u otro fruto rojo y espolveaís con azúcar moreno. 10 minutos de horno hasta que estén doraditas y crujientes. 

Galletas de la cosecha
Fotografía: I. Balensiya


¡Feliz Lughnasad / Lammas!
Os deseo que tengaís una abundante cosecha de éxitos y nuevos proyectos.

Simbólico altar a la cosecha
Fotografía: I. Balensiya

                


No hay comentarios:

Publicar un comentario