jueves, 24 de diciembre de 2020

Benimàmet, su historia. II


Idílico chalet que podemos encontrar en Benimàmet.
Actual lugar de los Jubilados. Fotografía: I. Balensiya.  

POBLADOS DEL OESTE
Benimàmet

Afortunadamente la historia antigua de Benimàmet podemos conocerla gracias a la labor que hizo en 1784 fray Francisco de Santa Bárbara uno de los frailes del Monasterio de San Miguel de los Reyes y señor de Benimàmet. Este monje redactó un manuscrito a mano donde cuenta sobre todo lo vivido en el lugar incluyendo datos de población y contribuciones.

San Miguel de los Reyes - Valencia 

La Guerra de la Independencia (1808) también llegó a la población donde las huestes del general Reille tomaron Benimàmet haciendo estragos sobre las propiedades de los benimatenses, entre ellas y la más sacrílega fue convertir la iglesia de San Vicente Mártir en un establo para las monturas de los soldados. Poco duró esto pues la ayuda vino de manos de un fraile franciscano Juan Martí, párroco de Beniferri, quien el 20 de mayo de 1808 alzó el grito de independencia apoyado por Vicente Doménech El Palleter quien lo ayudo frente al movimiento patriótico valenciano para su lucha contra el francés invasor. Para lograr la liberación de Benimàmet y Beniferri.

"El grito del Palleter" 1884. Joaquin Sorolla
Óleo sobre lienzo 152x202 cm. Valencia.
 

Unos pocos años más tarde el 11 de octubre de 1835 debido a la Desamortización de Mendizábal, todos los monasterios y conventos debían ser abandonados y sus pertenecías y territorios fueron vendidos. San Miguel de los Reyes también tuvo que ser desagregado y los frailes abandonaron el lugar, dejando de ser señores feudales de Benimàmet.

Benimàmet entonces obtuvo su independencia como pueblo, pero duró poco pues el 9 de julio de 1882 y acogiéndose al Real Decreto del 21 de octubre de 1866, se tuvo que anexionar a la ciudad de Valencia, quedando así dependiente de la gran urbe, después de casi 50 años de autonomía.

Núcleo urbano de Benimámet en 1883. 

El Benimàmet del siglo XIX creció un poco más. El llamado Camino Viejo de Paterna y el de Burjassot se llenaron de casas y se construyeron las famosas cuevas por la gente más humilde que no podía permitirse la construcción de una casa, con sus propias manos excavaron el suelo creando habitáculos, unas graciosas cavidades todas limpias y blanqueadas con cal con sus chimeneas y respiradores que llamó la atención hasta a grandes pintores como fue Joaquín Sorolla que inmortalizó la vivienda y sus habitantes en su obra Familia Valenciana (1894)

La familia de Benimàmet que pintó Sorolla en 1894

No solo eran viviendas sino también hubo hasta comercios, tiendas de barrio dónde poder encontrar lo necesario para la vida sencilla de esos habitantes. Se encontraban – o se encuentra clausuradas algunas – en la zona de las Carolinas y el Parque de Camales.


Las cuevas de Benimàmet años 60.

En 1850 Benimàmet ya era independiente como municipio constaba de 248 casas, 235 vecinos, tres alquerías en la huerta, dos molinos uno regido por la acequia de Moncada (Bonany) y el otro por la de Tormos. Un pozo ubicado en la calle Pouet de Pedrereta y 15 cuevas en la zona del actual Parque de Camales.

En cuanto a los cultivos en sus huertas y campos crecían trigo, maíz, cáñamo, alubias, frutas y verduras y todos los campos estaban franqueados de moreras muy importantes para la producción sedera de Valencia.

 Si callejeamos por Benimàmet con tranquilidad podemos encontrar alguna de las casas con ganchos y poleas para guardar el cultivo en las cambras. Junto con filas de pequeños ventanucos para las cambras sederas.

Ejemplo de cambra sedera que podemos encontrar en la actualidad.
Fotografía: I. Balensiya 

El riego estaba asegurado por la acequia de Tormos y sus seis rolls: el Tragador, el Navarro, el Ambriosio, el de les Penyetes, el Sebastiano, el de Alquerieta.

Acequia de Moncada en el Molino del Canonge en Benimàmet.
Fotografía: I. Balensiya. 

En cambio, la acequia de Moncada pegada a la de Tormos, no regaba mucho hasta llegar a los rolls de Uncía y dels Frares para convertir en regadío las ya nombradas zonas de El Secanet y El Garroferal. Además de dar de beber a lo benimatenses.


Del Secanet, solo queda el nombre de la calle.
Fotografía: I. Balensiya

En la actual Feria Muestrario había un polvorín que custodiaba la pólvora de toda la provincia. En la zona estaban los cultivos de secano de algarrobos, olivos y viñas.

Pero todo esto duro solo 27 años desde el señorío de los frailes hasta la absorción por el ayuntamiento de Valencia en 1882.

Valencia había mantenido una relación muy integrada con el pueblo pues proporcionaba suministros que la huerta necesitaba, incluyendo abono, creado por los desperdicios los excrementos de las caballerías para enriquecer la huerta. Luego los productos de la huerta eran vendidos en los mercados de Valencia.

En la huerta ahora ya no solo vivían labradores sino también la burguesía en sus casas de retito salpicando la huerta como pequeños palacetes o villas de campo. Que contrastaban con el cada vez más empobrecimiento a los labradores de Benimàmet que dado a los pocos ingresos mandaban a las mujeres a la ciudad para que hagan venta directa y ambulante de vegetales y frutas por las calles.

A la burguesía le molesta la visión de esta gente y logran que se reglamenta la venta en el Mercado Central y se persigue a las vendedoras sin licencia.

Comienza en 1882 las huelgas de los vendedores de hortalizas que paralizan el mercado y afectan a toda la ciudad.

Surge el Real Decreto de anexión a la ciudad, junto a el proyecto de la “Gran Valencia” para urbanizar los poblados anexos a Valencia, beneficiando así a toda la burguesía que vivía en Benimàmet pues las rentas agrícolas se convertían en urbanas que eran más altas. Llegó también el alumbrado público en 1883 eliminando ese ambiente de inseguridad que provocaban las calles a oscuras.

En 1885 el cólera hizo estragos en la población, pero por obra milagrosa de San Francisco de Paula se terminó, al año siguiente se creó la fiesta de San Francisco de Paula, patrón de los agricultores benimatenses.

El 6 de junio de 1888 se inauguró el tramo de ferrocarril Valencia – Paterna. Ahora se podría tomar el tren en vez de desplazarse en tartana. Un año más tarde construiría la estación en la actual plaza de Luis Cano. La estación se encontraba “lejos” del núcleo urbano de Benimàmet cosa que fomentó otra expansión más de la población. Ahora la pedanía estaba formada por los ejes del Camino de Paterna, Calle de Burjassot, Felipe Valls y unas cuantas casas sueltas al norte de la vía.

El tren en el punto donde hace una curva separaba Benimàmet de su cementerio que estaba en las afueras del pueblo, muy cercano a la estación de tren, en la actual calle Pego.

Llegamos ya al año 1900, el nuevo siglo nos trae cambios en Benimàmet bastante importantes. Es tiempo de la asociaciones como fue la Hermandad de Labradores y la Sociedad de Colombicultores. Se inaugura el primer colegio publico en el edificio que hoy en día está el ayuntamiento pedáneo.

El edificio de la Sociedad de obreros agrícolas.
Fotografía: I. Balensiya

En 1908 se hizo la luz. Las calles de Benimàmet dejaron de estar a oscuras en la noche. Unos pocos años más tarde en 1914 se edifica las Escuelas del Ave María, originariamente como colegio para niñas pobres.

Desde los años 20 hasta 1940 es cuando Benimàmet se convierte en el lugar favorito de muchas familias para veranear y también residir. Se construyen la mayoría de los chalets de la zona de Felipe Valls, además de ser un lugar seguro de bombardeos duran la Guerra Civil de 1936.

Lo que no sería segura, fue la iglesia que quedó totalmente incendiada, afortunadamente se salvaron los libros eclesiásticos de registros.

Iglesia de Benimàmet
I. Balensiya.

En la Montañeta del Polvorín comenzaron a construir calles rectas y unos cuantos chalets. Estas residencias de verano fueron posible gracias al trenet.

Durante las siguientes décadas Benimàmet se convierte en un foco industrial importante y residencia de muchos obreros. La mayoría de ellos de procedencia humilde y había que darles una vivienda para ellos a medida de sus posibilidades económicas.


Es entonces cuando apareció un hombre, un sacerdote llamado Joaquín Sancho Albesa, que fue conocido como el Padre Botella, porque ideó una acción benéfica a través del reciclaje que llamó la atención en buena parte de España.

Este buen hombre era párroco de la Natividad, iglesia del barrio de Canterería, donde le avisaron a que acudiera a una casa porque había una niña que tenía graves quemaduras por jugar con un brasero, porque se quedó sola en casa porque su madre salió a trabajar. Se dio cuenta que la gente del barrio necesitaba una guardería infantil.

Un día en la misa de Navidad dio un sermón en el que comentó que muchos celebrarían las fiestas con bebidas y les pidió que les llevasen los cascos de vidrio vacíos para llevarlos el mismo a la planta de reciclaje y obtener beneficios para llevar a cabo acciones de caridad.

Todas las personas de buen grado empezaron a recolectar y a llevarle botellas vacías al sacerdote, quien las iba vendiendo a las bodegas para que las aprovecharan, una vez que las limpiaba y les eliminaba las etiquetas.

Fue invitado al programa Cabalgata Fin de Semana, donde el locutor le puso el sobrenombre de Padre Botella. Celebridades subastaban botellas piezas únicas. Hasta en el estadio del Real Madrid y del Atlético se dispusieron a recoger botellas con el lema: una botella por cada socio del equipo perdedor y dos por los del ganador.

El Padre Botella con sus botellas.

En cambio, el sacerdote siempre dijo: Cada botella, un ladrillo. Y con más de 15.000 botellas recogidas en la primera semana, alcanzó millones de botellas vacías. Cumpliendo así el objetivo de edificar la guardería infantil, junto a la construcción de más de un centenar de viviendas para los más necesitados de la barriada en la zona del actual Parque de Camales.

Fincas del Padre Botella en el parque de Camales.
Fotografía: I. Balensiya

Joaquín Sancho Albesa murió en 1992. Pero la historia de Benimàmet continua ese año el 9 de julio cuando se inaugura el escudo del pueblo, en los jardines de la Plaza de Luis Cano.

Tres años después se construiría el ambulatoria. En 1996 surgió una comisión para conseguir la separación de Valencia y pueda ser Benimámet pueblo independiente.

En 2007 se perdería el icónico edificio de la estación del tren por el soterramiento de las vías del metro, utilizando el trazado del antiguo tren. Obras que se alargaron hasta 2011.

Antigua estación de Benimàmet. Actualmente desaparecida.


Actual estación de MetroValencia en Benimàmet
Fotografía: I. Balensiya


A partir de entonces comenzaría Benimàmet una lucha por su soñado Parque Lineal ya que las obras tuvieron diversas complicaciones y parones. Finalmente, el 12 de marzo de 2018 se inauguró con un 1.2 km de paseo, 850 metros de carril ciclista, prácticamente 8.000 plantas y alrededor de 12.000 m2 de césped y pradera mediterránea. Siendo la joya del parque un eucalipto de grandes dimensiones, considerado como el más grande de la ciudad de Valencia.

Parque lineal
Fotografía I. Balensiya

Pero la fecha para marcarla en la historia fue este 2020. Cuando Benimàmet ha sido declarada Entidad Local Menor.


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