La Calle de la Corona, otra de las calles con historia de la ciudad. |
CIUTAT VELLA
El Carmen
Callejero hace
unos días estuviste recorriendo la calle del Doctor Sanchis Bergón al regresar
de la Pechina. Ahora estarás a punto
de doblar la esquina para continuar con tu paseo por la ciudad, pero te pido
que te detengas un momento, mientras que el semáforo de Guillen de Castro te
corta el paso, y mires la calle que tienes frente a ti. Quizás no sepas que esa
estrecha calle, en la que algún grupo de niños se arremolinan en torno a un
profesor para en entrar en el museo, tiene una larga historia que contar… un
relato “tintado” de sagrado y
profano.
Ahora que he
llamado tu atención, antes de cruzar, espera un poco más… Hace unos pocos
siglos atrás, esa calle que se abre ante ti, era una de las doce puertas de la
muralla cristiana del siglo XV, la entrada conocida como el Portal dels Tints.
Barrio de tintoreros en Fez (Marruecos) Una visión parecida a la que encontraríamos en esa época en la Calle de la Corona. |
Se denominaba así, porque en este barrio estaba enclavado el gremio de los
tintoreros que aprovechaban el paso de la acequia de Rovella para teñir los
tejidos con los que se confeccionarían los valencianos sus ropas, incluidos los
provocadores vestidos de las damas del amor mercenario cuyas Casas del
Placer se encontraba en la misma zona.
Esa calle se conocía por toda España, ya
que la mancebía que allí existía era la mejor del siglo XVI, pero el origen del
nombre que hoy en día tiene este lugar, se debe a que en el año 1538 se
trasladaron los monjes agustinos desde el monasterio de Beniferrí que fundó
Jerónimo Portulés y Blay en 1520.
Unos años más tarde en 1541 los agustinos
abandonan el convento, siendo ocupado esta vez por las monjas de los Conventos
de San Julián y de la Esperanza.
Resaltado en color el Convento de la Corona, frente al actual Centro Cultural de la Beneficencia. ( Plano del Padre Tosca 1705) |
Pero las religiosas no se encontraron muy cómodas
en el lugar, bien por los vapores, olores o pigmentaciones de la actividad de
los tintoreros, o bien por la presencia de las prostitutas que ejercían su
oficio en la calle, importunando los oficios de las religiosas. Fuese la razón
que fuese las monjas pusieron el convento en venta y se trasladaron al Convento
de San José en la plaza de la Na Jordana.
Así pues en 1563 el edificio lo compró
Gerónimo Ferrer, para la fundación de un convento franciscano que sería de advocación
a la Coronación del Señor.
El nombre completo y titular del cenobio
sería: Convento de los hermanos menores de la
Corona de espinas de Cristo.
Con el tiempo dicho lugar se conocería
popularmente como el Convento de la Corona de Cristo.
Finalmente en el siglo XIX este convento,
junto con otros más de la ciudad, fue derrocado y los valencianos que con el
tiempo no olvidaron, la presencia del cenobio, denominaron a la vía:
Calle de la Corona.
Calle de la Corona en la actualidad. |
Ubicación en el plano urbano (click para ampliar) |
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