Fachada hoy en día del lugar. |
CIUTAT VELLA
El Carmen.
Hoy 21 de octubre es la festividad de Santa Úrsula, así que callejero camina conmigo, intérnate en la ciudad, y párate detrás de las antiguas Torres de Quart. Toma asiento en uno de los bancos de la plaza y te contaré... ¿Qué ocurre? ¿Estás nervioso? ¿Notas una extraña sensación? Todo eso es normal, pues te encuentras en la plaza de Santa Úrsula, uno de los puntos de la ciudad con más historia negra que ha tenido la ciudad.
Primero, déjame decirte que el nombre de la plaza proviene de la pequeña iglesia
que está ahí construida. El pequeño templo pertenece al convento adyacente. Dicho
cenobio nació como convento de las Agustinas Descalzas en 1605, bajo la
advocación de Santa Úrsula y gracias al patrocinio de San Juan de Ribera,
Arzobispo de Valencia por aquel entonces.
Antes de ser un convento
agustino, fue la Casa de las Arrepentidas, fundada por Juana Zucala, hermana
carmelita, que tras la bula concedida por el Papa Julio III en 1552, pudo dedicarse
a la protección de las mujeres que se dedicaban a la prostitución. A esta casa
llegaban todas aquellas prostitutas que bien habían abandonado el oficio por “arrepentirse”
de la vida alegre que decían llevar, o bien terminaban embarazadas y no
querían abandonar o abortar a su hijo, o porque tenían alguna enfermedad o por vejez
eran rechazadas por los hombres, no pudiendo ganarse la vida ejerciendo la
prostitución.
Estas arrepentidas quedaban amparadas
bajo Nuestra Señora de la Misericordia y Madre de pecadores. Cuando el gran
prostíbulo de Valencia dejó de existir, San Juan de Ribera promovió la
construcción de este convento en 1605, donde acabó sus días Sor Juana Zucala.
Dejando de lado la historia, el cenobio en sí no tiene mucha importancia arquitectónica para nuestra ciudad. Su iglesia está construida en ladrillos siguiendo el canon barroco de la época. Es de una sola nave rectangular, de cuatro tramos con capillas entre los contrafuertes y el altar cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. El templo solo tiene una entrada a los pies del mismo. La portada está formada por dos cuerpos. En el primero la puerta con arco de medio punto y dos pilastras la flanquean alzándose sobre un zócalo, sin decoración alguna. El segundo un frontón curvo partido – típico del barroco - con una hornacina con una estatua de Santa Úrsula. El nicho está decorado con un frontón triangular esta vez, y unas bolas de piedra.
Detrás de este frontón, se
encuentra el coro donde las religiosas cantaban durante los oficios. En contraposición
en el altar mayor existe un lienzo de Santa Úrsula, y las imágenes que
ornamentan el resto del lugar artísticamente son muy pobres, siendo solo objetos
más de veneración, que de arte sacro.
En cambio, el convento tuvo que
ser totalmente reedificado en 1960 por el arquitecto Luis Gay Ramos.
Lateral del edificio donde se aprecia los contrafuertes. |
Este edificio y esta plaza
siempre han estado ligados al mal ambiente,
por llamarlo de alguna manera, pues no solo están esas mujeres arrepentidas, de
las que la gente de moral limpia huía por ser unas pecadoras, sino también, todas las señoritas de "mala conducta y moral distraída", quienes las monjas agustinas custodiaban durante las épocas de
Cuaresma y Corpus Christi.
Otro aspecto negativo de este edificio,
es que durante la Guerra Civil fue usado de checa, es decir, de centro de
interrogatorio y tortura por parte del bando republicando, siendo este lugar en
esta pequeña plaza, la checa más terrible y temida de toda España, según los
historiadores.
Interior de estas jaulas de castigo. Durante horas estabas en unas posturas que castigaban al cuerpo y lo agarrotaban. |
Imagen de una de las "camas" de obra inclinada con protuberancias para no poder descansar y el suelo lleno de ladrillos pegados para no poder tumbarse a dormir en el. |
Actualmente, el edificio pertenece
a la Universidad Católica San Vicente Mártir
de Valencia.
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