Callejero hace un poco de tiempo atrás que te enteraste de
lo que significan las muescas en la piedra de la Catedral de Valencia, en su
puerto románica o Porta del Palau.
Dichas marcas, cuenta la sabiduría popular que se fueron hechas por el hacha
del verdugo y que en tu caminar por ese lugar sentías un extraño escalofrió…
como es el mismo que puedes sentir al pasar por una oscura callejuela, apenas
recorrida en la parte posterior de la Lonja,
allí hay un casa con una oscura historia, una historia que forma parte de
nuestra Valencia Negra. Allí residió un hombre con un oficio común en
aquella época y que para nuestra sociedad actual causa pavor a algunos. Se
trataba del verdugo de la ciudad de Valencia.
El café envenenado |
Este hombre que tenía por nombre Pascual Ten se dedicaba a
ejecutar a todas aquellas personas que habían cometido faltas, su pulso nunca
le fallaba y actuaba de manera fría, sin piedad alguna. Como exigía un trabajo
como era el suyo… pero algo sucedió que no se esperaba… acabó enamorándose de
una reo de gran belleza: Josefa Gómez que había sido condenada por envenenar el
café que su marido Tomás Huertas y la sirvienta un niña de 13 años, Francisca, habían
tomado una mañana fría de diciembre, en la posada La Perla Murciana, al lado de la ya desaparecida Iglesia de San Bartolomé.
El verdugo solicitó el indulto para la hermosa mujer, pero
las autoridades no se lo otorgaron.
Finalmente una mañana de 1896 ambos se dirigirían al patíbulo, donde él mismo con el alma hecha girones tuvo que ejecutar a la condenada por garrote vil. Ya fuera porque su maltrecho corazón no lo aguantó o porque no se le consideró con la suficiente sangre fría que hay que tener en el oficio, el caso que fue destituido de su cargo.
Fotomontaje Isabel Balensiya |
Poco después las ejecuciones dejarían se ser públicas para
llevarlas a cabo dentro de los recinto penitenciarios y con otros sistemas
menos crueles.
Este oscuro relato de
la ciudad, se la dedicó con mucho cariño a Viria Acte, a quien le gusta mucho
esta historia y es un gran fan de mi blog y con gran pasión sigue todas mis
entradas. Desde aquí le mandó un gran saludo.
Hace poco estuve buscando las huellas del hacha en catedral, no las encontré en toda la pared y cuando las vi justo en la puerta, la verdad es que me sorprendió bastante. Sin duda buscaré esta casa cuando pase por la Lonja. ¡Un saludo!
ResponderEliminarGracias por tu aclaración. Estuve buscando las marcas pero no las encontré. Ahora ya sé donde están y puedo volver a verlas. Un saludo.
EliminarSi, la verdad es que sorprende, están a simple vista y a la altura de la cintura, puesto que se apoyaban el hacha para sujetarla y hacer fuerza.
ResponderEliminarUn saludo.
Mira que conec prou coses del centre de València, però me deixes impresionat amb els teus posts! Increible! Ben explicats, curtets i molt ben detallat! I te animen a fixar-te (encara més) en els detalls d'esta Ciutat! Continua així!! Si algun dia fas una ruteta explicant estes cosetes, a mi apunta'm el primer! jajajajaja
ResponderEliminarPD: m'has deixat mort amb lo del "hacha del verdugo", se me tallà la respiració al vore les marques!
Si, València esta plena de coses curioses, que no pots trobar en els llibres d'història o que et comenten els guies turístics d'algunes agències, perquè eixes històries són del col·lectiu popular. Històries que compten els nostres iaios o van de boca en boca dels vecinos.Realidad o mite, però que formen part de la nostra imatge cultural. Per esta raó són coses que tan sols es poden relatar amb un llenguatge "de anar per casa " com bé has comentat.
EliminarMoltes gràcies, comentaris com el teu, fan que continue escrivint mes històries de la ciutat. això de la ruta són molts els que ho heu comentat, però el temps ho dirà.
Si, jo també vaig tindre eixe sentiment quan vaig veure les marques per primera vegada i em van comptar la història
Al verdugo lo llamaban Pascualet. Yo tengo hecho un artículo sobre él y sobre su famoso rosario que después serviría para remedio de embarazadas
ResponderEliminarHola Rafael, ¿dónde podría encontrar tu artículo? Muchas gracias de antemano. Muchas gracias a tí también, Isabel, extraordinaria labor! Un saludo a ambos.
Eliminar