martes, 1 de enero de 2019

Feliz Año Nuevo 2019... desde la Malvarrosa y su historia (In memorian#3)


Playa de la Malvarrosa ¡Feliz Año Nuevo!
Fotografía propia. 


Callejero, amanece un nuevo día... pero no uno cualquiera, sino el primer día de un nuevo año, estamos ya  en el  2019, y desde la orilla de la playa de Valencia te mando los mejores deseos para este nuevo año que empieza, en el que descubrirás nuevas historias y aprenderás cosas nuevas. 

Ya lo dijo Vicente Van Gogh: Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta, terrible. Pero, eso no les impide hacerse a la mar. 

Nosotros tenemos que ser como esos pescadores, y lanzarnos a este nuevo año, como si fuera un gran mar que tenemos que atravesar, habrán días de aguas tranquilas, otros estarán revueltas, picadas... se alzaran tormentas, pero si somos buenos capitanes de nuestra vida, podremos superar todo esto y llegar a un buen puerto y descansar en la orilla de la playa. 

Playa como la de la Malvarrosa de la que hoy, día tan especial, te voy a relatar su origen, para que así comiences el año conociendo un poco más de la historia de tu ciudad. 

Playa de la Malvarrosa
Fotografía propia

El origen de la playa de la Malvarrosa se lo debemos al botánico francés Jean Felix Robillar Closier, quién había sido jefe jardinero en los Campos Eliseos. Se formó en el Institut Horticole de Fromont y en el Jardin de Plantes de Paris, donde también estudió Cavanilles. 
Llegó a Valencia en 1848, y tras ser nombrado jardinero mayor del Bótanico, se afincó en una alquería en el camino de la Malvarrosa, junto al actual campo de fútbol de la Malvarrosa, donde instaló fuentes e invernaderos. 

Jean Felix Robillar Closier
En 1856, Robillard adquirió unos terrenos en El Cabanyal. Los desecó y puso en marcha una finca dedicada al cultivo de geranios pelargonium capitatum, una flor originaria de Cabo Verde conocida popularmente como Malvarrosa. La cultivó en grandes cantidades, ya que conocía sus propiedades esenciales, gracias a sus conocimientos científicos. En 1860, montó una fábrica de esencias en una antigua fundición, situada en la plaza de Vera y la avenida de la Malvarrosa, donde produjo esencias de malvarrosa, verbena, artemisa, nardos y aceite de almendras. Dicha fábrica la llamó "Malva-rosa".


Ejemplar de Malvarrosa

Siendo así, tanto como el barrio de la Malvarrosa, como la playa deben su nombre a la empresa del botánico francés.

Sus esencias fueron presentadas en la Exposición de Londres de 1862 y en la de Paris de 1867, obteniendo el reconocimiento de Eugene Rimmel, padre de la cosmética moderna, y una medalla de bronce en la Exposición de París, así como referencias en todas las publicaciones importantes sobre aceites esenciales para la fabricación de perfumes de la época.


Con ello, contribuyó a la difusión del nombre de Valencia, por los cinco continentes, debido a la fama de  su establecimiento de horticultura, su fábrica de jabones y esencias y a la divulgación científica de su tarea en  numerosas publicaciones. 




Caldereros de la fábrica de Robillard
La playa, en tiempos antiguos, había sido utilizada para desembarcar la pesca y para el intercambio de comercio entre los diferentes poblados próximos a la ciudad de Valencia. Pero, gracias a la fama de la fábrica de esencias y los huertos de Robillard y a los primeros avances en la red de transporte público, como fue la red de la línea de tranvía, los valencianos pertenecientes a la burguesía comenzaron a ver la playa de la Malvarrosa como un sitio ideal de relax, desplazando poco a poco a los barcos de pesca, que eran los únicos moradores de esa costa playera. 

En 1902, el novelista Blasco Ibañez construyó allí su chalet. Tiempo después, conoció a Joaquín Sorolla y ambos empezaron  a conocer la fama y a pasear por las doradas arenas de la Malvarrosa.

Blasco Ibañez en su casa en la playa

Felix Robillard se convirtió junto a Blasco Ibañez, en uno de los vecinos más ilustres de este barrio de Valencia, y actualmente se encuentra enterrado en el Cementerio del Cabañal, como un valenciano más, y sus descendientes aún callejean por Valencia. 

Durante años, por motivos como la instalación de varios hospitales de enfermos crónicos en sus orillas, fue considerada un sitio poco recomendable, pero en 1990 con la construcción del paseo marítimo, la zona volvió a convertirse en popular. 

Sanatorio de la Malvarrosa hacía 1950

Actualmente, la playa de la Malvarrosa es una playa urbana, con un paseo marítimo lleno de diversos restaurantes. A esta playa le dan continuidad, por una parte la playa de las Arenas y por la otra la de la Patacona. Y tras la urbanización y ampliación de la Marina y el Puerto de Valencia, se ha convertido en un lugar muy atractivo y revalorizado, prácticamente en cualquier época del año.


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